Un tatuador es un profesional que emplea técnicas que necesitan de varios años de práctica, trabajo e investigación (estilos diferentes, etc.). Tatuar implica mucho más que dibujar bien; hay que conocer las características de cada zona de la piel, los pigmentos y técnicas a utilizar y saber adecuar los diseños a cada persona y zona del cuerpo. Además de dominar el manejo de la maquinaria específica  para el tatuado y la relativa a higiene y esterilización (y poseer el Título Higiénico – Sanitario correspondiente)

Si la curación posterior se realiza adecuadamente, el tatuaje no se encostrará (de hecho, una de las finalidades de la curación es que ésta no se desarrolle), tal vez salga alguna pequeña en zonas determinadas, pero si no las arrancas, no dejarán marca.

Si la técnica del tatuaje es correcta, no quedará cicatriz (abultamiento)

Lógicamente el dolor no depende de ninguna manera del color de la tinta empleada. El origen de esta falsa creencia está en la propia técnica del tatuado. Los colores claros son empleados en las fases finales (para realizar brillos o realzar detalles) por lo que es  necesario trabajar de nuevo sobre zonas anteriormente tatuadas, que suelen estar más sensibilizadas, con lo que la sensación de dolor se intensifica.

Mucha gente tiene en mente la imagen de los antiguos tatuajes de color azulado / verdoso de hace años. Hoy en día este efecto es inexistente gracias a la mejor calidad de las tintas empleadas y a la mejora en la técnica de curación por parte de los clientes. Aunque la tonalidad natural de la piel influye notablemente en el resultado.

Es cierto que algunos colores no se verán tan brillantes como cuando el tatuaje está recién hecho pero una vez asentados los colores se mantendrán uniformes. En los últimos años, las tintas para tatuajes han mejorado mucho su calidad y esto se traduce en una mejor resistencia frente a agentes externos  (el sol, el paso del tiempo, etc) Hay que insistir en que los curados posteriores son fundamentales también.Tanto tu tono de piel como el cuidado y protección que le des a largo plazo influirán en el aspecto de tu tatuaje

En la mayoría de casos, cuando el tatuador perfila el tatuaje casi ni se produce sangrado. Cuando se sombrean o colorean zonas más amplias se suele sangrar un poco pero la piel deja de sangrar por si sola en poco rato.  En definitiva, un tatuaje realizado correctamente no implica ninguna pérdida de sangre significativa.

 Es recomendable, no obstante, no tomar fármacos antiagregantes, anticoagulantes ni vasodilatadores ni ingerir alcohol ni otras drogas en los días previos a la intervención.

Si optas por la curación tradicional, el primer vendaje que coloque el tatuador se mantendrá durante 3 horas, que es el tiempo durante el cual la piel supura más. Actualmente podemos ofrecerte una curación con apósitos específicos para piel tatuada que facilitan el proceso, aceleran la curación y reducen el sangrado posterior